Declaración de la Administradora del PNUD, Helen Clark
La violencia contra las mujeres y las niñas aparece con demasiada frecuencia en los titulares de todo el mundo. No obstante, además de los casos que son noticia hay otros muchos miles de incidentes que ocurren todos los días, en todos los continentes y en todos los países. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la violencia de género mata a tantas mujeres de entre 15 y 44 años como el cáncer. Los estragos que causa en la salud de las mujeres supera a los producidos por los accidentes de tránsito y la malaria juntos.
En este Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, debemos reafirmar nuestro compromiso de erradicar todas las formas de violencia contra las mujeres, y garantizar la justicia y el apoyo a las sobrevivientes. La violencia contra la mujer no es aceptable en ningún caso. Es una violación de los derechos humanos de las mujeres de la que sus autores deben rendir cuentas.
A escala mundial, la forma más común de violencia que sufren las mujeres es la violencia física infligida por su pareja. Algunos estudios por países muestran que hasta un 70 por ciento de las mujeres han experimentado violencia física o sexual, o ambas, en su vida de pareja. Las víctimas de la violencia contra la mujer incluyen también a los más de 64 millones de niñas en todo el mundo que son niñas casadas, así como los aproximadamente 100 a 140 millones de niñas y mujeres que han sufrido la mutilación genital femenina.
Además de dañar a las mujeres, las niñas y sus familias, y las comunidades, la violencia contra la mujer obstaculiza los esfuerzos de los países para reducir la pobreza. La violencia de género tiene unos costos directos, como son los relacionados con la prestación de cuidados de salud, servicios judiciales y sociales para las sobrevivientes, y otros derivados del procesamiento de los autores. Pero, también hay costos indirectos, entre otros las repercusiones en la productividad y los ingresos de las sobrevivientes.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo ayuda a los países asociados a desarrollar marcos legislativos para hacer frente a la violencia contra las mujeres y a mejorar el acceso de las mujeres al sistema de justicia, en particular en los países en crisis. En Sierra Leona, por ejemplo, hemos dado nuestro apoyo a los “tribunales de los sábados” ayudándolos a recuperar los casos atrasados en materia de violencia de género. Junto con la Policía de Sierra Leona, hemos contribuido a capacitar a más de 250 agentes de policía para investigar los delitos de género de manera más efectiva.
Nuestros esfuerzos por eliminar la violencia contra las mujeres son fundamentales en nuestro compromiso para promover la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, parte integral del desarrollo sostenible. La violencia contra las mujeres es una consecuencia de las desigualdades persistentes entre hombres y mujeres. Además de abordarla a través de los marcos legales, las políticas y la colaboración con los sectores judiciales y de seguridad, su eliminación requiere cambiar las actitudes y las normas sociales que no valoran los derechos y las oportunidades de las mujeres. También es preciso asegurar la participación igualitaria de las mujeres en las tomas de decisiones a todos los niveles, desde el hogar hasta los pasillos del Gobierno.
Los invito a unirse a mí y al PNUD y combatir, hoy y cada día, para construir un mundo donde las mujeres y las niñas puedan vivir libres de violencia y desarrollar su potencial como miembros valiosos e iguales de la sociedad en que viven.
Declaración de la Administradora del PNUD, Helen Clark
La violencia contra las mujeres y las niñas aparece con demasiada frecuencia en los titulares de todo el mundo. No obstante, además de los casos que son noticia hay otros muchos miles de incidentes que ocurren todos los días, en todos los continentes y en todos los países. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la violencia de género mata a tantas mujeres de entre 15 y 44 años como el cáncer. Los estragos que causa en la salud de las mujeres supera a los producidos por los accidentes de tránsito y la malaria juntos.
En este Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, debemos reafirmar nuestro compromiso de erradicar todas las formas de violencia contra las mujeres, y garantizar la justicia y el apoyo a las sobrevivientes. La violencia contra la mujer no es aceptable en ningún caso. Es una violación de los derechos humanos de las mujeres de la que sus autores deben rendir cuentas.
A escala mundial, la forma más común de violencia que sufren las mujeres es la violencia física infligida por su pareja. Algunos estudios por países muestran que hasta un 70 por ciento de las mujeres han experimentado violencia física o sexual, o ambas, en su vida de pareja. Las víctimas de la violencia contra la mujer incluyen también a los más de 64 millones de niñas en todo el mundo que son niñas casadas, así como los aproximadamente 100 a 140 millones de niñas y mujeres que han sufrido la mutilación genital femenina.
Además de dañar a las mujeres, las niñas y sus familias, y las comunidades, la violencia contra la mujer obstaculiza los esfuerzos de los países para reducir la pobreza. La violencia de género tiene unos costos directos, como son los relacionados con la prestación de cuidados de salud, servicios judiciales y sociales para las sobrevivientes, y otros derivados del procesamiento de los autores. Pero, también hay costos indirectos, entre otros las repercusiones en la productividad y los ingresos de las sobrevivientes.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo ayuda a los países asociados a desarrollar marcos legislativos para hacer frente a la violencia contra las mujeres y a mejorar el acceso de las mujeres al sistema de justicia, en particular en los países en crisis. En Sierra Leona, por ejemplo, hemos dado nuestro apoyo a los “tribunales de los sábados” ayudándolos a recuperar los casos atrasados en materia de violencia de género. Junto con la Policía de Sierra Leona, hemos contribuido a capacitar a más de 250 agentes de policía para investigar los delitos de género de manera más efectiva.
Nuestros esfuerzos por eliminar la violencia contra las mujeres son fundamentales en nuestro compromiso para promover la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, parte integral del desarrollo sostenible. La violencia contra las mujeres es una consecuencia de las desigualdades persistentes entre hombres y mujeres. Además de abordarla a través de los marcos legales, las políticas y la colaboración con los sectores judiciales y de seguridad, su eliminación requiere cambiar las actitudes y las normas sociales que no valoran los derechos y las oportunidades de las mujeres. También es preciso asegurar la participación igualitaria de las mujeres en las tomas de decisiones a todos los niveles, desde el hogar hasta los pasillos del Gobierno.
Los invito a unirse a mí y al PNUD y combatir, hoy y cada día, para construir un mundo donde las mujeres y las niñas puedan vivir libres de violencia y desarrollar su potencial como miembros valiosos e iguales de la sociedad en que viven.